jueves, 8 de noviembre de 2007
EL ASENTAMIENTO ESPAÑOL EN LA ARAUCANIA (1550-1600)
LAS ENCOMIENDAS:
Desde los tiempos de la conquista, cada gobernador hizo reparticiones de indios entre los españoles que se establecían en las colonias. En chile, durante el gobierno de García Hurtado de Mendoza se produjeron repartos que se consideraron arbitrarios, pues favorecían a los más cercanos a él, y que fueron anulados posteriormente bajo el gobierno de Francisco de Villagra. Tal medida le ocasionó dificultades, debiendo defender su posición ante el virreinato del Perú. El sistema de encomienda se implantó en Haití (La Española) luego de la llegada de Cristóbal Colón y ya en ese tiempo hubo repartición de indios entre los conquistadores.
Más tarde se extendió al resto de las colonias españolas. Cuando se implantó en chile, después de la llegada de Valdivia el sistema de encomienda ya estaba más perfeccionado, debiendo si adoptarse a las condiciones del territorio.
Según una definición del consejo de Indias, de fecha 11 de julio de 1678, la encomienda era “un derecho concedido por merced real a los beneméritos de las indias parta percibir y cobrar para sí los tributos de los indios que se le encomendaren por su vida y la de su heredero, conforme a la ley de sucesión, con cargo de cuidar del bien de los indios en lo espiritual y temporal y defender las provincias que le fueron encomendadas, haciendo homenaje y juramento particular de cumplirlo, y contenida la facultad de encomendero y su obligación en estos términos y a que no tengan poder ni mando, ni se sirven de ellos”.
De acuerdo a este concepto, “el rey era el único soberano sobre los indios y como tales le debían obediencia y tributo”.
Definida así jurídicamente, como lo hace notar la jurista español Solórzano Pereira en su obra “ Política Indiana”, en la práctica la encomienda se ajustó a otras bases: de acuerdo a ella el conquistador agraciado debía proporcionar al rey armas y soldados y servir personalmente en la guerra; debía proporcionar al indio bienestar material y educación religiosa; el indio, por su parte, debía tributar o trabajar para el encomendero. Había pues obligaciones por parte del encomenderos prefirieron el trabajo personal del indio más que el tributo e incurrieron en grandes abusos que fueron denunciados muchas veces a la corte.
La encomienda así como permitió suministrar el trabajo necesario para el asentamiento de la población española, también se prestó en muchos casos, para implantar la más dura explotación indígena. Sin embargo, para muchos investigadores, la encomienda permitió la evolución social y cultural gestándose de dicha manera la raza Chilena.
Las encomiendas se fueron extinguiendo en el mestizaje hasta que fueron suprimidas en 1789 por el gobernador Don Ambrosio O`higgins.
EL MESTIZAJE :
A fines del siglo XVIII, los mapuches sumaban cerca de 150.000 personas.
Su forma de vida ancestral había cambiado, entre otras cosas, por influencia del intenso comercio fronterizo y por la extensión de la agricultura y la ganadería.
Su sangre también había comenzado a mezclarse con sangre española, tanto por acercamientos pacíficos como por la esclavización de mapuches y la captura de mujeres españolas que acompañaba cada alzamiento indígena.
Al norte del Bío-Bío, las pocas comunidades indígenas que sobrevivían en territorio chileno ya no eran “puras”, en términos genéticos ni culturales.
En 1819 se promulgó el bando que reconocía como chilenos a los indígenas de Chile.
La mayoría de los 700.000 chilenos de la época eran mestizos, un grupo numeroso y creciente, cuyas costumbres y visión de mundo incorporaban elementos tanto españoles como indígenas. En esta importante etapa de construcción del “carácter chileno”, la cultura de las clases predominantes era fundamentalmente española, mientras que la influencia indígena se hacía notar en los deportes populares, las supersticiones, la alimentación y el vocabulario.
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