ELCOMERCIO CON ESPAÑA:
Entre las medidas favorables al comercio entre España y América tomadas por los barbones se han señalado ya al establecimiento de los navíos de registro y la ordenanza del comercio libre
Los navíos de registros llevaban a Chile por el cabo de hornos, lo que deja a los puertos del país más cerca de Europa que el callao.
El comercio con España, que se hacia por el cabo de horno con panamá, consistía en la importación de ferretería, clavos y alambres de Vizcayas, sedas de valencia, Murcia y granadas, papel y quincallería de Cataluña, paños de Segovia y Guadalajara y lienzos de Galicia, mientras la cuchillería, los artículos de labraza y las telas de algodón.
Chile, en cambio, sólo podía exportar a España cobre en barras, lo que obligaba a saldar el déficit con oro amonedado.
Al Perú se exportaban preferentemente el trigo, el sebo y el cobre, y de ese país se importaban azúcar, tocuyos, bayetas, tabaco y arroz lo que dejaba un saldo adverso a chile de unos $100.000 anuales (1795).
Los comerciantes de chile tenían que ir a surtirse en la lejana feria de portobello, al otro lado de Panamá, o comprar de segunda mano a los peruanos.
Carlos III otorgo franquicias más liberales: Valparaíso y concepción pudieron comerciar directamente con varios puertos de España (1778).
LA AGRICULTURA:
El siglo XVIII ha sido llamado El siglo del trigo, pues la araucanía y otros partes de Chile fueron el granero de que abasteció a Perú. En efecto, el terremoto, que en 1687 azotó gran parte del país, fue seguido de la aparición del tizón o polvillo negro, que esterilizó completamente buena parte de sus valles fértiles.
A partir de ese momento, el cultivo del trigo, desde Aconcagua a colchagua, fue un negocio remunerador. Junto con subir el precio aumentó la exportación al virreinato: en1712 se enviaron al Perú 250.000 fanegas de 72 kilos.
En ocasiones, las autoridades hubieron de tomar enérgicas medidas para limitar la exportación del cereal, a fin de satisfacer las necesidades del consumo interno.El rendimiento de las tierras, salvo el de las de los jesuitas, era escaso, y los sistemas de cultivo, sencillos y económicos. Se usaba un arado de madera, a veces sin punta de hierro. En las grandes haciendas solo se cultivaba una parte del suelo, mientras “se dejaba descansar” el resto. Las trillas se hacían con yeguas y constituían uno de los grandes entretenimientos campesinos.
El cultivo de la Vid y la fabricación del vino y el aguardiente constituían, especialmente entre el Maule y Chillan, un ramo importante de la agricultura. El vino era guardado en grandes tinajas de greda cocidas que se depositaban en las bodegas. El vino que se exportaba al Perú era conducido en tinajas de menor tamaño y en odres de cuero de cabros.
Para que los vinos y aceites de España se vendieran sin competencia, se prohibió su producción en las colonias; y, si el cultivo de olivo y vid se toleró al fin en Chile y en el Perú, fue a condición de no poder exportar sus productos.
Por otra parte, trababa el progreso de la agricultura la indivisión de los campos, debida la existencia de los mayorazgos y de los grandes dominios territoriales de los conventos. Los canales de regadío eran pocos. la alfalfa apenas se cultivaba en pequeños espacios. El álamo era desconocido.
LA GANADERÍA.
En el último tercio de siglo XVIII, la ganadería llegó a tener un considerable desarrollo.
Las crías de ganado de hacía en forma extensiva. Los animales realimentaban solo de los pastos naturales y en cierta época del año eran trasladados a los valles y laderas de la cordillera.
La distribución variaba según las regiones: en el norte predominaban los cabros; en el centro, los vacunos; desde el Maule hasta el Bio-Bio, los carneros; en valdivia y Chiloe, los puercos.
El ganado vacuno era el que tenía mayor importancia económica, debido a las grandes matanzas que se hacían en el verano y en otoño, para beneficiar el sebo, la grasa, la carne y los cueros. El sebo reexportaba en grandes cantidades a Perú. La carne, mediante la sazón, se transformaba en charqui. Los cueros eran tratados en las curtidurías, y a una que otra fabrica de jarcias y tejidos burdos. elevó cuatro a cinco veces el valor de lo bueyes y las vacas, que llegaron a costar ocho a diez pesos al finalizar la colonia.
La cría del caballo preocupó a los agricultores de esta época. En el caballo Chileno predominó la silueta de la jaca española, con algunas renimiscencias del caballo berberisco, no del árabe ni del andaluz, como se ha afirmado. Desarrolló ciudades de resistencia y de fuerza que lo hicieron admirar de los militares venidos de España y de los viajeros. Amaestrado por diestros amansadores, llegó a ser un utilísimo auxiliar del hombre en las labores campestres, en las campañas y en las fiestas y paseos.
Entre las medidas favorables al comercio entre España y América tomadas por los barbones se han señalado ya al establecimiento de los navíos de registro y la ordenanza del comercio libre
Los navíos de registros llevaban a Chile por el cabo de hornos, lo que deja a los puertos del país más cerca de Europa que el callao.
El comercio con España, que se hacia por el cabo de horno con panamá, consistía en la importación de ferretería, clavos y alambres de Vizcayas, sedas de valencia, Murcia y granadas, papel y quincallería de Cataluña, paños de Segovia y Guadalajara y lienzos de Galicia, mientras la cuchillería, los artículos de labraza y las telas de algodón.
Chile, en cambio, sólo podía exportar a España cobre en barras, lo que obligaba a saldar el déficit con oro amonedado.
Al Perú se exportaban preferentemente el trigo, el sebo y el cobre, y de ese país se importaban azúcar, tocuyos, bayetas, tabaco y arroz lo que dejaba un saldo adverso a chile de unos $100.000 anuales (1795).
Los comerciantes de chile tenían que ir a surtirse en la lejana feria de portobello, al otro lado de Panamá, o comprar de segunda mano a los peruanos.
Carlos III otorgo franquicias más liberales: Valparaíso y concepción pudieron comerciar directamente con varios puertos de España (1778).
LA AGRICULTURA:
El siglo XVIII ha sido llamado El siglo del trigo, pues la araucanía y otros partes de Chile fueron el granero de que abasteció a Perú. En efecto, el terremoto, que en 1687 azotó gran parte del país, fue seguido de la aparición del tizón o polvillo negro, que esterilizó completamente buena parte de sus valles fértiles.
A partir de ese momento, el cultivo del trigo, desde Aconcagua a colchagua, fue un negocio remunerador. Junto con subir el precio aumentó la exportación al virreinato: en1712 se enviaron al Perú 250.000 fanegas de 72 kilos.
En ocasiones, las autoridades hubieron de tomar enérgicas medidas para limitar la exportación del cereal, a fin de satisfacer las necesidades del consumo interno.El rendimiento de las tierras, salvo el de las de los jesuitas, era escaso, y los sistemas de cultivo, sencillos y económicos. Se usaba un arado de madera, a veces sin punta de hierro. En las grandes haciendas solo se cultivaba una parte del suelo, mientras “se dejaba descansar” el resto. Las trillas se hacían con yeguas y constituían uno de los grandes entretenimientos campesinos.
El cultivo de la Vid y la fabricación del vino y el aguardiente constituían, especialmente entre el Maule y Chillan, un ramo importante de la agricultura. El vino era guardado en grandes tinajas de greda cocidas que se depositaban en las bodegas. El vino que se exportaba al Perú era conducido en tinajas de menor tamaño y en odres de cuero de cabros.
Para que los vinos y aceites de España se vendieran sin competencia, se prohibió su producción en las colonias; y, si el cultivo de olivo y vid se toleró al fin en Chile y en el Perú, fue a condición de no poder exportar sus productos.
Por otra parte, trababa el progreso de la agricultura la indivisión de los campos, debida la existencia de los mayorazgos y de los grandes dominios territoriales de los conventos. Los canales de regadío eran pocos. la alfalfa apenas se cultivaba en pequeños espacios. El álamo era desconocido.
LA GANADERÍA.
En el último tercio de siglo XVIII, la ganadería llegó a tener un considerable desarrollo.
Las crías de ganado de hacía en forma extensiva. Los animales realimentaban solo de los pastos naturales y en cierta época del año eran trasladados a los valles y laderas de la cordillera.
La distribución variaba según las regiones: en el norte predominaban los cabros; en el centro, los vacunos; desde el Maule hasta el Bio-Bio, los carneros; en valdivia y Chiloe, los puercos.
El ganado vacuno era el que tenía mayor importancia económica, debido a las grandes matanzas que se hacían en el verano y en otoño, para beneficiar el sebo, la grasa, la carne y los cueros. El sebo reexportaba en grandes cantidades a Perú. La carne, mediante la sazón, se transformaba en charqui. Los cueros eran tratados en las curtidurías, y a una que otra fabrica de jarcias y tejidos burdos. elevó cuatro a cinco veces el valor de lo bueyes y las vacas, que llegaron a costar ocho a diez pesos al finalizar la colonia.
La cría del caballo preocupó a los agricultores de esta época. En el caballo Chileno predominó la silueta de la jaca española, con algunas renimiscencias del caballo berberisco, no del árabe ni del andaluz, como se ha afirmado. Desarrolló ciudades de resistencia y de fuerza que lo hicieron admirar de los militares venidos de España y de los viajeros. Amaestrado por diestros amansadores, llegó a ser un utilísimo auxiliar del hombre en las labores campestres, en las campañas y en las fiestas y paseos.
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